
Amados Consiervos, Pastoras y congregación nacional, quiero agradecer a Dios por este nuevo año de vida. Ya son 62 años de su mano. Agradezco su fidelidad y la misericordia de conservarme con salud y con la voluntad firme de seguir trabajando para predicar su amor y salvación. Agradezco a ustedes, la familia de la fe, por orar por mi y mi familia y por su gran cariño. Sus muestras de aprecio me recuerdan que en la comunidad de fe, cómo dijo Jesús, hay también amigos y amigas.
Reciban todos(as) un fuerte abrazo y el deseo de mi oración diaria, de que Dios los bendiga en todas las áreas de la vida.
Atte.
Obispo Daniel Márquez Valenzuela